Para analizar el papel de las redes en las revoluciones sociales que hemos vivido o estamos viviendo recientemente (Túnez y Egipto principalmente) tenemos probablemente que echar primero una mirada al pasado para comprobar el valor de la herramienta. Porque las redes, en esencia, son eso: elementos de comunicación.
En ese sentido, en España tenemos un ejemplo clarísimo sobre como una herramienta comunicativa puede desencadenar una protesta de gran magnitud con lo sucedido el 13 de marzo de 2004. Creo que todos recordamos con bastante nitidez, las concentraciones de protesta que se produjeron en muchas ciudades de España en frente de diferentes sedes del Partido Popular la noche justo antes de las elecciones generales y con motivo de la información proporcionada sobre la autoría de los atentados del 11 de marzo.
Si recordáis, una de las características que se resaltaron de aquellas concentraciones fue que el llamamiento a las mismas se había producido mediante mensajes de teléfono móvil, es decir, sms. Ayudado además en todo caso por foros en Internet. Ahí ya encontramos un clarísimo de ejemplo de cómo una herramienta comunicativa puede servir para que los ciudadanos se comuniquen y organicen de cara a una protesta masiva o al menos importante.
PRESENTE
Si nos trasladamos al presente, todos tenemos clarísimo la importancia de las redes sociales como herramientas comunicativas y las barreras que de hecho han superado. Las diferencias en precio, alcance, nivel de interacción etc, son notables con por ejemplo los sms que mencionábamos.
El hecho de que tienen un claro componente de ocio también es evidente, aunque no deberíamos olvidarnos de la existencia de redes sociales de marcado, o incluso exclusivo, carácter profesional. Incluso también aquellas redes de un carácter más “ligero” o “variado”, en las cuales muchas veces su uso sí se puede volver ciertamente serio.
Hace muy pocas fechas pudimos comprobar como los ciudadanos sí quieren dar su opinión a través de las redes con temas tan serios como la Ley Sinde, y digo ciudadanos, porque creo que eso que se denomina como “internautas” hoy en día somos todos o al menos una gran mayoría de la sociedad. Creo que es justo recalcar el hecho de que las redes demuestran que los ciudadanos sí quieren opinar, sí quieren participar, en definitiva, son una herramienta que lima bastante ese concepto de pasividad que tantas veces se asocia a la sociedad actual.
Pero los usos “no ligeros” no se quedan ahí y se demuestra por ejemplo cuando ocurre una catástrofe y los ciudadanos utilizan las redes sociales para unirse, para colaborar, etc.
¿CÓMO SE HA EVIDENCIADO ESTO EN LAS ÚLTIMAS REVOLUCIONES SOCIALES?
En el caso de Túnez encontré un artículo muy interesante en la revista Sexenio, titulado Redes sociales y Revoluciones en el siglo XXI, dónde aparecían dos opiniones que me parecen claves:
En Egipto, encontramos un perfil poblacional diferente, pero papel muy activo de los jóvenes. Esto ha tenido más importancia si cabe en que la revolución se haya extendido a ciudades que no eran la capital como Alejandría o Suez según el mismo artículo.
Leyendo otro artículo, en este caso en el blog Cooking Ideas, conocí la opinión de David De Ugarte afirmó ayer en el programa de Radio 3 Carne Cruda que las redes fueron fundamentales en ambas revoluciones pero que el detonante fue la cadena de TV Al Jazeera:
“Al Yazeera dio una agenda común a los árabes de Europa y del norte de África (…) Las informaciones sobre Túnez y Egipto en TV y en Internet, primero en la página de esos medios y luego en blogs, y más tarde redes sociales, SMS, Facebook y Twitter despertaron a las sociedades de ambos países”.
¿TEMOR DE LOS GOBIERNOS?
Sí, absoluto. No hay más que ver cómo el gobierno egipcio bloqueó Internet y la telefonía móvil durante casi una semana. Lógicamente trataba de cortar la propagación de las ideas, de las convocatorias, etc.
Un temor estúpido que también podrían tener ciertas marcas por ejemplo a escuchar una opinión desfavorable de un consumidor. Cuando el verdadero génesis del problema es la calidad del servicio que des, tan sencillo como eso. Si es bueno habrá más opiniones positivas que negativas. Y al contrario también, pero el problema nunca será la red social o el canal de comunicación de turno. Esto no quiere decir que haya que estar en la redes sociales por obligación, ni nada parecido, no confundamos términos.
En el caso de los gobiernos ocurre algo similar, nunca puedes tener miedo a la verdad. El problema será que esa verdad te deja en mal lugar, no el canal que se ha utilizado para su comunicación. Los gobiernos cuyo papel es correcto lejos de tener miedo a las redes las utilizan acertadamente para ayudar al ciudadano. Los que no están en las mismas condiciones tratan de cortarlas.
LA IMPORTANCIA EN SÍ DE LAS REDES SOCIALES
¿Pero hasta que punto son las redes sociales importantes en estos movimiento sociales? Seguramente es demasiado pronto para analizarlo, pero me atrevería a anticipar que su importancia es grande y relativa al mismo tiempo. Lo explica mucho mejor que servidor, Rosa María Artal en su blog, el cual recomiendo con énfasis. En su artículoRevolución árabe y las redes sociales, Artal realiza un interesante análisis basado además en su reconocida y amplia trayectoria. En ese análisis aparecen varios argumentos entre los que quiero destacar cuatro que me parecen auténticas perlas:
Argumento todos ellos para reflexionar, puesto que pocas cosas mejores que la experiencia para valorar estas cuestiones.
Opiniones sobre esta cuestión:
Fuente de la fotografía: gustavocoronel.com.ar
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